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En el desarrollo de los negocios y en la gerencia moderna, las empresas de alta complejidad son monitoreadas por entes de diferentes naturalezas. El estado, los organismos especializados de este y los organismos de supervisión son custodios de la fe pública. Los accionistas y el público en general demandan información y conceptos sobre las acciones que las empresas públicas y privadas realizan dentro de la sociedad. En ese sentido, los auditores resultan ser una pieza clave para realizar un seguimiento crítico de la aplicación de políticas, sanas prácticas y desarrollos empresariales en apego a los planes estratégicos definidos para períodos específicos.

La normativa vigente en las distintas plazas requiere que las entidades que operan en los Sistemas Financieros formales incorporen en su estructura funcionarios que llevan a cabo entre otras dichas labores. Estos son los auditores internos. Los cuales dentro de su labor de seguimiento constituyen un álter ego de la alta gerencia de la organización. Los procesos de gestión de riesgo, indispensables en la dirección de las entidades financieras requieren de una evaluación independiente para asegurar su eficiencia y contribuir a la alta gerencia en su permanente mejora, labor que debe ser desarrollada por el auditor interno, cuyo rol de aseguramiento y consultoría requieren de una permanente capacitación y auto desarrollo. Los enfoques más recientes de dicha labor están lejos de hablar del auditor como un policía. Por el contrario, es un asesor y consultor interno que examina y co-ayuda en la generación de valor de la empresa, con seguridad legal, operativa y financiera en búsqueda de los objetivos organizacionales.

En dicha labor uno de los principales retos de los últimos tiempos tiene que ver con disrupciones tecnológicas, ofrecimiento de nuevos canales digitales, nuevos requerimientos de un consumidor mucho más exigente, mejor informado y más empoderado, que busca servicios financieros diseñados con mayor personalización, a los cuales pueda acceder con mayor facilidad por cualquier canal y en el menor tiempo. Los auditores internos tienen el reto de examinar que los servicios financieros se entreguen al público cubriendo las expectativas de los clientes, supervisores financieros (que imponen nuevas exigencias) y consumidores que rápidamente exigen nuevos alcances en el nivel de servicio sin perder de vista a los competidores (nuevos y antiguos). Igualmente, el auditor interno busca tener una mayor injerencia en todos aquellos procesos que busquen proteger los datos del cliente, asegurar la transparencia con los stakeholders, cuidar los procesos internos de administración de información y generar ventajas estratégicas en el servicio mucho antes que los mercados muten a velocidades que hoy son cada vez mayores.

En ese contexto el Congreso Latinoamericano de Auditoría Interna y Evaluación de Riesgos CLAIN de FELABAN, en su edición número XXIII a desarrollarse en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia los días 16 y 17 de mayo 2019, constituye el marco adecuado para compartir con profesionales de gran experiencia de la región, sobre los principales temas de interés para la profesión.

Más información en https://www.asoban.bo/clain2019

Los esperamos en Bolivia, Santa Cruz de la Sierra los días 16 y 17 de mayo!!